ENRIQUE CASTRO (N. 1840)
Un recolector de algas y labriego de Xaviña (Camariñas), viudo de Amelia Santalla y padre de Adriana (n. 1865) y Andrés (n. 1872). Un inesperado desperfecto en una rueda de su carro le obliga a contemplar cómo el HMS Serpent se estrella contra las rocas de punta Boi la tormentosa noche del 10 de noviembre de 1890. De temperamento hosco e introvertido, no ha podido superar la pérdida de su esposa y asume la culpa de la tragedia convencido de que estaba en el lugar indicado para evitar que se produjera. Rescata a Gould del mar y con incansable dedicación ayuda a rescatar cadáveres y enterrarlos en el cementerio, del que será cuidador. Nunca podrá reponerse de la culpa que le genera haber sido testigo involuntario del siniestro. “Maldita sea mi estampa y la de todos mis antepasados”.