Sir Alexander Gollan (N. 1840)
Cónsul General de la Gran Bretaña en Cuba. Adriana entra en contacto con él a instancias de sus amigos de La Coruña, Thomas Guyatt y Michael Rostrom, que le preparan una carta de presentación aludiendo a la buena consideración en la que la tienen la reina Victoria y su hijo el príncipe Alfred. El hombre se muestra inicialmente molesto por lo que considera una impertinencia, y probablemente un farol de la mujer, y pide a su secretario averiguar el motivo de tal afirmación. Cuando le llegan los ecos del concierto, y comprueba que la carta es cierta, la invita a tomar el té, con más curiosidad que cortesía. Cuando el tenso encuentro entre ambos lleva camino de convertirse en un fracaso, la intuición de la española y su atención a los sentimientos de los demás la predispone en las buenas gracias del veterano diplomático, que, al tener noticia de su triunfo en el Royal Albert Hall, no duda en pedirle que cante para un distinguido visitante del consulado: Winston Churchill.
